Una de las ponencias más significativas e incitantes leídas en el I Encuentro Nacional sobre Racialidad, Equidad y Políticas Sociales fue “Movimientos y luchas sociales en Afroamerica: una visión desde Cuba”, de Zuleica Romay. Un texto que, a manera de una historia de larga duración, transita de la genealogía a la cartografía. Propone rutas e itinerarios. Al tiempo que grafica la pluralidad y complejidad de ciertos procesos, espacios políticos, y discursos históricos, sus lógicas, dinámicas e insurgencias posibles. Un verdadero ejercicio de contramemoria y de insurrección epistémica.
Romay toma como referente la polémica que en el 2016 sostuvieran Víctor Fowler, Roberto Zubarno y Alberto Abreu a partir de la afirmación que hiciera este último de la existencia de un Movimiento Afrocubano. (“El movimiento antirracista cubano inicia la batalla por una plataforma común” y “El movimiento antirracista cubana como punto de partida para el estudio de los nuevos movimientos sociales (MS) en Cuba”) sobre la existencia de un Movimiento Afrocubano. Debate que fue reseñado por Agustín Laó-Montes en su libro Contrapunteos Afrodiáporico. Cartografías políticas de Nuestra Afroamérica (Laó-Montes, 2020, pp 455-484).

En la investigación de Romay el Movimiento Afrocubano se construye, por un lado como parte de un campus (Bourdieu) que contiene una identidad cultural y política; además posee carácter transnacional. Y por otra parte, como una historia de larga duración. Una historia no sólo de luchas sociales, políticas, sino también una tradición intelectual, de insurgencias, y narrativas contrahegemónicas. No en por azar su intervención comienza con esta aseveración: Desacreditada la narrativa colonialista sobre la mansedumbre y la resignación como comportamiento “naturales” de los y las afrodescendientes hoy pocos discuten que el cimarronaje está en la base de todas las formas de conciencias afroamericanas.
Lo que sigue a continuación es la transcripción que de la intervención de Zuleica Romay en esta sección de trabajo del Encuentro, así como de las notas contenidas en el PowerPoint que ilustró su exposición. Todo lo colocado en cursiva corresponde textualmente a la autora. Por lo demás le aclaro a los lectores que se trata de un texto en elaboración. Susceptible, como me comentó Zuleica, de ser perfeccionado, no obstante contiene ideas y tesis medulares para comprender lo que ha sido el devenir del Movimiento Afrocubano. De dónde venimos y hacia dónde vamos.

Los primeros antecedentes de este movimiento la investigadora los coloca: En agosto de 1920 varios miles de personas reunidas en Harlem bajo el liderazgo de Marcus Garvey, aprobaron una declaración de derechos humanos solo antecedida por la proclamada por la Revolución Francesa. Se trata, según la investigadora de un gesto precursor y también soslayado por los estudios afrolatinoamericanos y “que antecede 28 años a la Declaración Universal refrendada por Naciones Unidas, es totalmente ignorado por la ‘historia oficial’ ”.
En genealogía que construye Zuleica, Marcus Garvey: es el fundador del panafricanismo como corpus ideológico y el primer promotor de una identidad cultural y política de naturaleza trasnacional en las poblaciones negras del mundo.
Y recuerda como: El pensamiento socialista, en particular el marxismo, fue muy crítico con Garvey y sus doctrinas de empoderamiento panafricano, debido su conciliación con el ideal burgués de bienestar y desarrollo.
Y le otorga al garveyismo la condición de “primera forma de conciencia negra en la era poscolonial”, y estima pertinente reconocerle al mismo:
- Su reivindicación de África como referente histórico, ético y cultural.
- El regreso a África como condición de posibilidad para recuperar la libertad y restablecer la justicia.
- La percepción de África y sus diásporas como una gran familia, fragmentada y dispersa por el mundo por obra del colonialismo
- La apuesta por el empoderamiento económico como base para conquistar independencia, dignidad y bienestar.
- El firme propósito de que las personas negras se emanciparan por sí mismas.
Por su nivel de influencia, otra relevante forma de conciencia negra es la Negritud, un corpus teórico y espiritual panafricano nacido en Europa en los años treinta del siglo XX y regresado al Caribe por sus diásporas. Muy combatido por cierta zona del pensamiento marxista, por su presunto esencialismo, ha originado un vocablo genérico (que alude a las culturas y poblaciones negras) y nutrido la espiritualidad panafricana, con notable reflejo en diferentes expresiones de las artes y la literatura negra.
Otras formas de conciencia negra surgidas en la primera mitad del siglo XX fueron:
Rastafari, sistemas de ideas y proyectos de vida que también nació en el Caribe anglófono, extendiéndose a Norteamérica y el Caribe hispano hacia a inicios de los años sesenta del pasado siglo.
El afrocubanismo, una adecuación creativa de las ideologías del mestizaje, más tarde trascendido por la parábola nacionalista condensada en la cubanidad, y resignificado, en términos políticos, por el activismo antirracista y el cimarronaje intelectual de fines del siglo XX.
El indigenismo haitiano, una corriente de fuerte sustrato antropológico que expresaba una reivindicación de autoctonía cultural frente al tradicionalismo y el elitismo de la cultura francesa.
En la segunda mitad del siglo XX se consolidarían las dos corrientes de mayor complejidad teórica y beligerancia política: el pensamiento radical negro, con sus múltiples expresiones (nacionalismo, marxismo, republicanismo) y el afrofeminismo
Pese a la hegemonía de sus tendencias más dogmáticas durante casi todo el siglo XX, la teoría marxista es parte de los nutrientes de la conciencia y el pensamiento social afrodescendiente. Construido casi siempre desde los márgenes (de los partidos políticos y la comunidad intelectual “reconocida”), también en Cuba tuvo el marxismo notables pensadores.
-Sandalio Junco Camellón, anarcosindicalista, fundador en Cuba del Partido Bolchevique Leninista (Trotskista).
-Juan Ramón Breá Landestoy, poeta surrealista, disidente del PSP y afiliado al trotskismo.
-Raúl Cepero Bonilla, economista y periodista, sin militancia partidaria.
-Ángel César Pinto Albiol, pensador autodidacta, disidente del PSP y afiliado al trotskismo.


¿Cuáles son los rasgos distintivos de las formas de conciencia afroamericana?
- Postulan el cimarronaje intelectual, político y cultural como estrategia de lucha.
- Se alimentan de los diálogos (reales o imaginarios) y de los intercambios (materiales y espirituales) entre las Américas, África y sus diásporas.
- Fuerte discurso identitario, elaboración de códigos y signos de autocomprensión, los cuales se traducen en recursos/acciones políticas para la transformación de la realidad.
- Construcción de alianzas y articulaciones intrarregionales y trasatlánticas.
El movimiento antirracista cubano está aún en construcción, pero no puede negarse su existencia, evidenciada en:
- Proyectos comunitarios, iniciativas y agrupamientos ciudadanos –con diversidad de perfiles, propósitos y membresía– que sitúan la lucha contra el racismo y la discriminación racial entre sus objetivos fundamentales.
- Esfuerzos sostenidos de definición identitaria, mediante el diseño de una “imagen corporativa”, perfiles y publicaciones en redes, establecimiento de marcas comerciales de productos o servicios de impronta africana y la sistematización de procesos de formación, entre otras acciones.
- Aprovechamiento gradual de los espacios de autonomía reconocidos por la Constitución de la República, las leyes (Código de las Familias) y los programas de gobierno (Programa Nacional de Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, Programa para el Adelanto de la Mujer).
- Voluntad negociadora.
- Diálogos y alianzas (todavía frágiles) entre activistas, iniciativas y proyectos y de estos con gobiernos locales y territoriales.
Principales características de las iniciativas, proyectos y agrupamientos ciudadanos surgidos en Cuba en las primeras décadas del siglo XXI.
- Muestran diversidad en sus áreas de acción, con énfasis en los ámbitos barrial, cultural, artístico, legal y religioso.
- Proponen nuevas formas de organización, caracterizadas por el rechazo al verticalismo funcional y la existencia de liderazgos colectivos.
- Exhiben liderazgos renovados, con fuerte presencia de mujeres, jóvenes y personas LGTBIQ.
- Marcado interés en la acción comunitaria, la cual se realiza en barrios populares y comunidades precarizadas, aunque existen algunos núcleos en universidades e instituciones culturales.
- Expansión paulatina de la educación popular como concepto de trabajo y metodología para la acción.
- Empleo efectivo de las tecnologías de información y comunicación para la promoción en las redes sociales, difusión de publicaciones y podcast y para la realización de eventos virtuales.
- Preferencia por el trabajo social en red, estableciéndose, de manera natural, colaboraciones y alianzas entre agrupamientos e iniciativas con intereses diversos.
- Desbalance notable del nivel de actividad entre La Habana y el resto de las provincias.
- Con mucho trabajo, han conquistado cierta visibilidad y reconocimiento político; pero aún carecen de personalidad jurídica.

[A partir de aquí la autora apela al semáforo como alegoría.]
Luz Verde
¿En qué contexto se desarrolla este incipiente movimiento? ¿Qué factores les favorecen o no?
Entorno institucional favorable.
Correspondencia de paradigmas, preceptos y objetivos con los del Estado y su sistema de instituciones.
Reconocimiento, de hecho y de derecho, de las demandas y reivindicaciones del movimiento antirracista.
Aunque el ritmo es lento, se observa creciente sintonía (más en las acciones que en los conceptos) con la academia y el gobierno a todos los niveles.
Contextos internacionales favorables:
Existencia y consolidación de mecanismos internacionales de vigilancia y promoción de la igualdad racial (ONU, Celac, Caricom, etc.) que legitiman la labor de los movimientos sociales.
Creciente nivel de relaciones con organizaciones, iniciativas y proyectos de otros países de Afroamérica.
Inserción en redes de diferente alcance para trabajar, sobre todo, en el universo digital.
[Semáforo: Luz amarilla]
Entorno tecnológico de desarrollo medio-bajo:
–Posibilidades de comunicación/articulación limitadas por la eficacia de la tecnología y los costos de su empleo
Entorno legal de lenta evolución:
-Indefinición del estatus legal de las iniciativas, proyectos y agrupamientos ciudadanos, lo que redunda en escasas opciones de autosostenibilidad.
Cultura política frágil, muchas veces desconectada de sus antecedentes históricos:
-Poco conocimiento de la historia de luchas de las personas negras en Cuba y Afroamérica.
-Pereza intelectual y poca sistematicidad de los intercambios de metodologías y saberes con otros activistas y movimientos.
Entorno político de lenta evolución:
-Poca sinergia de estrategias y propósitos con las instituciones formadoras (MES, MINED), así como las organizaciones revolucionarias más masivas (con excepción de la FMC).
-Relación asimétrica con el Estado y el gobierno a todos los niveles.
-El empleo de los espacios institucionales de comunicación es infrecuente y de naturaleza “conmemorativa”.
-Culturalismo (reducción de la problemática racial al ámbito cultural; reivindicación extemporánea de paradigmas identitarios trascendidos por la práctica política del siglo XX.
-Bajo nivel de politización (desaprovechamiento del potencial político de procesos sociales e institucionales (Ej: Censo de Población y Viviendas).
-Ausencia de proyección estratégica de una parte de las iniciativas y proyectos.
[Semáforo en Luz Roja]
Estanflación económica (recesión + inflación)
Precarización de la vida, fragilidad alimentaria, incremento del tiempo dedicado al aseguramiento de la subsistencia, “encogimiento” espiritual y estrés continuado, con un subsecuente deterioro de la salud física y mental.
Incremento de la desigualdad y la disfuncionalidad social
Incremento de las brechas de desigualdad, expansión de la pobreza, fragmentación familiar, migraciones internas de carácter masivo, con sus secuelas de hacinamiento, precarización y marginación.
Aumento de la competitividad social (económica, laboral y simbólica).
Expansión de la frustración y el desencanto, escapismo, hedonismo y migración externa como estrategias frente a la percepción de insolubilidad de la crisis.
Biografía:
Abreu Arcia, Alberto: “El movimiento antirracista cubano inicia la batalla por una plataforma común”https://afromodernidades.wordpress.com/2016/09/17/afromodernidades-150/
_____________________: “El movimiento antirracista cubana como punto de partida para el estudio de los nuevos movimientos sociales (MS) en Cuba”).https://afromodernidades.wordpress.com/2016/09/17/afromodernidades-150/
Laó-Montes, Agustín (2020). Contrapunteos afrodiaspóricos: Cartografías políticas de nuestra afroamérica, Universidad del Externado de Colombia.