MONUMENTO EN RECORDACIÓN A LOS FUSILADOS EN EL PROCESO DE LA ESCALERA.

Unos de los sitios históricos más relevantes que se encuentran en las demarcaciones donde está enclavada la experiencia comunitaria Wenilere Cardenense es el monumento en memoria a los fusilados el 1 de octubre de 1844 acusados de participar en la supuesta conspiración de La Escalera.

La supuesta conspiración tuvo en el partido de Cárdenas y Soledad de Bemba (Jovellanos) como jefe, al pardo libre y sastre de profesión, Luis Seguí. Como segundo el carnicero y también chino libre, un tal Vicente Morejón, y ambos fueron presos. El plan del levantamiento debía empezar por el ingenio Gabriel en Guamutas; seguido por Roque, Artemisa, Cañongo, Soledad, Corral Falso, Cimarrones, Lagunillas, Guamacaro y el Coliseo, todos en la misma hora de la misma noche.

En el mes de marzo se levantaron las dotaciones de tres ingenios del Partido de Bemba comenzando por el Santa Catalina y otros dos más.

En la finca “Sonora” de Theodoro Phinney se estableció el Tribunal Militar encargado de juzgar y torturar brutalmente a los presuntos implicados en la conspiración. A partir del 2 de mayo de 1844 dicho Tribunal juzga a 7 negros y mulatos incluyendo al chino libre. En medio de las crueles torturas que le dieron el nombre a este proceso de “La Escalera”, el mulato Luis Seguí confiesa el 4 de mayo que la sublevación era parte de un complot planeado por él y otros mulatos y negros, libres y esclavos, para matar a los blancos entre los que se encontraba el poeta Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) como principal cabecilla. Lo curioso de estas dudosas confesiones de Seguí, es que no sólo fueron arrancadas bajo crueles torturas, sino que su narrativa resulta conveniente y coherentes con los argumentos esgrimidos por las autoridades coloniales para justificar sus represiones en la ciudad de Matanzas.

El 1 de octubre de 1844, a las 6:00 p.m. en la plaza de Souberville, hoy Plaza Malacoff, en el sitio donde hoy se levanta un monumento en recordación a los fusilados, se lleva a cabo la sentencia de pena de muerte, por fusilamiento, al mulato Luis Seguí y sus compañeros:

  • José Flores (alias Cañizo), mulato libre
  • Francisco Espinosa, mulato libre
  • Vicente Morejón, chino libre
  • Juan Lugones, negro libre
  • Manuel Morales, negro libre
  • Eduardo Carrera, negro esclavo

Al ser puesto ante el cuadro y escuchar la voz de mando, Seguí se volvió de frente gritando “… que él no moría como los cobardes de espalda”, y así recibió la muerte de frente y en forma contraria a sus compañeros.

Fueron fusilados por un cuadro formado por 2 compañías del Regimiento “La Unión” – una, del Regimiento de Tarragona y otra, de la Octava de Lanceros del Rey, pertenecientes ambas al Ejército colonial Español. Todos habían sido hallados culpables, durante la causa que les siguió, desde el 20 de marzo de 1844, el Tribunal Militar constituido con ese fin en Cárdenas. Esta fue la primera ejecución realizada en Cárdenas desde la fundación del poblado.

En estos días el terror y la represión se esparcieron por todo el territorio de Cárdenas. Como escarmiento y para exacerbar el pánico imperante, le fue cortada la cabeza a un esclavo, el cual pertenecía a la dotación del súbdito inglés Teodoro Phinney, este último acusado de conspiración contra los blancos. La misma se llevó a cabo en el Camino Real de Cárdenas a Lagunillas. Los militares reunieron allí a todas las dotaciones cercanas. La cabeza del negro decapitado fue colocada en un trípode y exhibida como advertencia. Desde entonces se le llamó al lugar Cabeza del negro o Monte del ahorcado.

También se autorizó a dar de forma libérrima los “bocabajo”, para ello establecieron algunos lugares como el almacén del Sr. Carrerá. Allí, eran castigados los negros procedentes de las plantaciones limítrofes. Los sobrevivientes eran conducidos a la enfermería del Depósito del Ferrocarril mientras que, los muertos, eran llevados en carretones al cementerio o arrojados al mar.  Otro lugar de castigo fue el tejar de Torriente, situado en el ingenio del mismo nombre. El cuero y el bocabajo fue empleado ampliamente en dotaciones enteras.

Fuentes

  • Álvarez Blanco, Ernesto. Guía Turística a Cárdenas. Portal del Historiador de Cárdenas.
  • Archivo Histórico Municipal de Cárdenas. Actas Capitulares y documentos varios.
  • Colectivo de Autores. Versión publicable de la Historia Local. Inédita. 2007
  • Colectivo de Autores. Cronología de la Historia Local. Monografía mecanografiada en el Centro de Información del Museo “Oscar María de Rojas. Cárdenas, 1997.
  • Hellberg, Carlos. “Historia estadística de Cárdenas – 1893”. Edición Comité Pro – Calle. 1953.
  • Portel Vilá, Herminio: Historia de Cárdenas.

https://www.ecured.cu/Plaza_Malacoff_%28C%C3%A1rdenas%29#Comit.C3.A9_Plaza_Malacoff

http://afromodernidades.wordpress.com/2021/02/23/experiencia-comunitaria-wenilere-cardenense-3/

http://www.facebook.com/ipscuba/posts/4028925977136008/

Publicado por afromodernidad

Intelectual afrocubano, activista contra la homofobia y la discriminación racial. En el 2007 obtuvo el premio Casa de las Américas en ensayo artístico literario por su libro Los juegos de la Escritura o la (re) escritura de la Historia. Ha publicado otros libros como: El gran mundo (cuentos), Virgilio Piñera. Un hombre una Isla (Premio UNEAC de ensayo, 2000) La cuentística de El Puente o los silencios del canon narrativo cubano (Aduana Vieja, 2016) y Por una Cuba negra. Literatura, raza y modernidad en el XIX (Editorial Hypermedia, 2017).

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