FuÍste el etnógrafo de mayor sapiencia en Cuba, y uno de los continuadores del laboreo iniciado en 1906 con Los negros brujos, por Fernando Ortiz (1881-1969), sumándosele años más tarde Lydia Cabrera, Rómulo Lachatere, Gustavo G. Urrutia, y Teodoro Díaz Fabelo. Brindaste charlas y conferencia, en fábricas, sindicatos, escuelas primarias, en los sábados de la rumba, adecuando el rigor que empleabas en los centros docentes del mayor nivel académico a los diversos espacios desde los cuales difundiste tu amor por nuestra cultura, sus diversas raíces, subrayando siempre la importancia de los aportes africanos a la formación histórica y cultural de Cuba, de nuestra nacionalidad.